0

La fuerza de la vida

EVELYN PÉREZ | ¿Por dónde empieza uno a escribir una novela así si yo no soy capaz de empezar ni la reseña? ¿Cuánta documentación sobre agricultura, arquitectura, botánica, historia, leyendas, mitos y religiones hay que reunir y asimilar para que cuando la vuelques en el papel sean parte del relato y no anotaciones a pie de página?

No caeré en el tópico de recomendar su lectura de forma entusiasta y vacua alabando sus bondades, seré sincera y que cada uno tome sus decisiones y asuma las consecuencias: Una semilla no es un libro fácil de leer. Hay que entregarse a él como a la fe, ciegamente. O como quien come un plato de setas que le sirven sin saber nada de ellas, solo saboreándolo y dejándose emocionar por lo que te transmite. Y hay que entregarse por completo. Sí, por completo. Porque tampoco se puede leer rápido ni hurtando parte de la atención en otros menesteres. Este libro te quiere para él solo: su larga lista de personajes (hice mi propio árbol genealógico al modo de Cien años de soledad porque, la verdad, todos los nombres italianos me suenan como Aurelianos, Úrsulas y Arcadios repitiéndose generación tras generación); sus saltos temporales y de localización en parajes tan ajenos a mi geografía; su narración entremezclada sin organizarse en capítulos, tan solo en párrafos separados por esas tres ¿estrellas, flores, brotes?; el registro poético en el que está escrito y la manera delicada de enlazar una frase con la siguiente (¡quién lo diría viniendo el autor de donde viene!) y que hace que te recrees en su lectura y te olvides de la trama (suerte que los libros no son como la vida y puedes volver una y otra vez a revisitar todo lo hermoso que ha sucedido demasiado rápido ante tus ojos); el ritmo con el que va brotando la historia, abriéndose poco a poco como una flor sin permitir que el lector intuya por dónde seguirá su crecimiento; las palabras elegidas para referirse a cada objeto, acción, color (porque hay también un cuidado extremo en la elección de las palabras, muchas de ellas dignas de un erudito de la RAE) y que juntas conjuran un universo de sentido y nos adentran en un laberinto de matices y conexiones. Todo está dispuesto para que su lectura no sea fácil, pero ¿quién quiere un encuentro fácil (con el libro o con quién sea) cuando puedes tener uno íntimo e intenso?

La historia empieza fuerte y va ganando profundidad según se desarrolla. A medida que el mundo de la protagonista se expande con nuevas personas y nuevos paisajes, el lector entra de lleno en un espectro de emociones: hay violencias, en plural, una violencia brutal humana (porque decir animal sería envilecer a los animales) y una violencia disfrazada de afecto; hay momentos de extrema crudeza y otros de belleza sutil; está también el poso palpable de la soledad, del desarraigo que exige saciar la curiosidad; la exploración y el descubrimiento; las cosas que suceden y se narran tal cual y otras que se sugieren o se nos muestran veladas. Como en la vida, en Una semilla hay tanto que es difícil condensarlo, no digo ya en esta sencilla reseña, si no en la propia novela. Y esto me llevaría, nos llevaría, de nuevo a la pregunta del principio.

Ahora me doy cuenta de que no he contado nada de la historia, ni de cuándo se desarrolla, ni dónde, ni de qué trata, ni he nombrado siquiera a los personajes principales y así no sé si te darán ganas de leerla (ya he dicho que no voy a recomendarla a la ligera, que cada uno asuma sus riesgos porque hay libros de los que uno sale distinto a como entró). Tendría que ponerme a estudiar para mejorar como reseñista, si es que puedo nombrarme así, aunque también me podría dar por satisfecha si he logrado poner en tu boca, lector, la semilla de Una semilla. Que la dejes morir sin hacerte tierra fértil o que la alimentes con la lluvia suave de cada una de sus páginas es cosa tuya. No vengas luego a pedirme cuentas.

Evelyn Pérez es la directora de la revista literaria Fábula.

Una semilla (Los libros del gato negro, 2021) | Enrique Cabezón | 222 págs. | 19,00€

admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *