Los lanzallamas
Rachel Kushner
Galaxia Gutenberg, 2014
ISBN: 978-84-15863-81-6
432 páginas
22 €
Traducción de Amelia Pérez de Villar
José Martínez Ros
Hace una década, quizás algo más, leí un artículo de Mario Vargas Llosa en un periódico nacional. Afirmaba que la cultura, en su conjunto, y la literatura, en particular, era cada vez más una actividad mayoritariamente femenina, que la mayoría de los lectores y, en el futuro, de los escritores serían mujeres, lo que daría lugar a un profundo cambio de paradigma. El artículo me llamó la atención, pero durante un tiempo no detecté esa revolución que anunciaba. Los grandes patriarcas de la literatura mundial, de García Márquez a Thomas Pynchon (o el propio Vargas Llosa) continuaban firmemente en sus puestos. Sin embargo, últimamente, ha vuelto a mi mente. Porque, desde hace unos meses, todos -o casi- los grandes libros con los que me cruzo han sido escritos por mujeres. Primero fue el multirreferencial retrato de nuestro mundo global de Jennifer Egan en El tiempo es un canalla; más tarde la opresiva y oscura fantasía de Sara Mesa, Cuatro por cuatro; después el descubrimiento de las maravillosas novelas históricas de Hilary Mantel, En la corte del lobo y Una reina en el estrado; a continuación, la sorprendente y enigmática primera novela de una joven neozelandesa, El ensayo general de Eleanor Catton; y ahora, por último, Los lanzallamas. Una novela tan extraordinaria que en sí misma es una prueba considerable de que el futuro de la literatura se escribe en femenino.
Una joven apodada Reno -debido a que nació en Nevada-, procedente de una familia desestructurada, aspirante a artista, aficionada al motociclismo y, en general, adicta a la velocidad y el riesgo, se asienta en la decadente y salvaje New York de los setenta -que conocemos tan bien por películas como Taxi Driver o Cowboy de Medianoche-… allí, en los ambientes bohemios neoyorkinos, conoce e inicia una relación con Sandro, el heredero de Valera, una famosa empresa italiana especializada en la construcción de motocicletas -inspirada, probablemente, en Ducati o Guzzi-… En paralelo, se nos relata la historia de una ambición sin límites, la del padre de Sandro, que construyó su imperio en los años treinta, en un país en el que se difunden los movimientos de vanguardia futuristas al mismo tiempo que el terror fascista…
A las pocas páginas, el lector de Los lanzallamas de Rachel Kushner, la gran revelación de la literatura norteamericana del pasado año, ya sabe que es una gran novela. Lo es por su prosa afilada y brillante, carente de sentimentalismo, que recuerda a la de autores de la talla de Don DeLillo o Philip Roth, desarrollando la trama de modo eficiente y efectivo… Lo es por su magnífica descripción de tres épocas y escenarios de crisis: los Estados Unidos de los setenta, en los oscuros años de Nixon, la resaca de Vietnam y el caso Watergate, la Italia de los años treinta, bajo el puño de hierro de Mussolini, y a la de los setenta, ensangrentada por los conflictos sociales y el terrorismo salvaje de las Brigadas Rojas. Lo es porque trata de temas importantes -la búsqueda de una identidad propia, los límites del arte, la política, el sexo o la violencia- y lo hace con inteligencia y originalidad. Lo es porque tiene una protagonista desprovista de cualquiera de los tópicos que se suelen asociar a un personaje femenino y que, sin embargo (así lo sentimos al leer este libro), sólo podría haber sido creado por una escritora.
Y lo es porque Los lanzallamas te engancha desde la primera línea…
A la literatura española le vendría bien un par de autor@s con la ambición y valentía de Rachel Kushner.
[Publicado en Notodo.com]
Gracias por la mención, me honra mucho esa compañía. Y «Los lanzallamas» tiene una pinta fabulosa, sí.
Candidato a mejor título de reseña del año!
A mí Los lanzallamas me ha gustado mucho, aunque se le puede poner un pero. Pero no lo voy a decir aquí, porque no voy a spoilear nada 😉