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La vida da veinte giros al día

EDUARDO CRUZ ACILLONA | Antes de empezar a escribir esta reseña, anoto en mi bloc de notas mental “preguntarle a la autora cómo es posible pasar de tener éxito de crítica y lectores escribiendo microrrelatos a publicar una novela de más de cuatrocientas páginas, la tercera de una saga, y ser considerada la ‘nueva dama del crimen es castellano’, ahí es nada”.

Porque a Arantza Portabales la conocemos de cuando publicó A Celeste la compré en un rastrillo, pero ya antes había ganado el premio de Narración Breve de la UNED con Circular C1: Cuatro Caminos – Embajadores. Años y más premios después, concretamente en 2019, publica Belleza roja, una novela negra en la que da a conocer a la pareja de policías Santi Abad y Ana Barroso. Y lo hace con tal fuerza que apenas pasan dos años y la segunda novela protagonizada por los mismos personajes, La vida secreta de Úrsula Bas, ya se sitúa en la lista de los libros más vendidos en nuestro país. Y es, de nuevo, la editorial Lumen la que nos trae este año la tercera entrega que hoy nos ocupa: El hombre que mató a Antía Morgade.

Si algo caracteriza a la autora es su capacidad de hacer transitar al lector por la más absoluta de las ignorancias en lo que una novela negra al uso pretende, que no es otra cosa que averiguar la identidad del asesino entre la más o menos dilatada lista de sospechosos. Es uno de los protagonistas de la novela, el inspector Abad, quien ya en la página 269 se queja diciendo “La investigación da veinte giros al día, (…) es un caso infernal”. Y no puede tener más razón. Arantza Portabales introduce un giro en el guion no mediada la novela, ni siquiera terciada. Cada veinte páginas hace saltar por los aires todo lo que veníamos elucubrando o sospechando hasta ese momento. Cada veinte páginas. Y la novela en cuestión consta de 448. Ahí es nada (insisto). Eso, unido a la brevedad de cada capítulo, entre dos y diez páginas, hace que la trama se desarrolle de manera trepidante, sin dar respiro al lector, deseoso de avanzar a sabiendas de que todo lo que lea puede ser utilizado en contra de lo que va barruntando que puede estar sucediendo.

En esta ocasión, la autora mira hacia atrás, concretamente a 1998, y se fija en un piso tutelado donde conviven siete chavales, chicos y chicas que arrastran pasados conflictivos, traumáticos, y que luchan por que el futuro no tenga nada que ver con lo hasta entonces vivido. La novela arranca veinte años después, cuando uno de ellos decide volver a reunir al grupo. A partir de ahí, la autora nos irá guiando para que vayamos armando un puzle que, a priori, ni siquiera sospechamos que tiene miles de piezas sueltas. Y cada página leída es un motivo más de duda, de emoción, de intriga.

Sin querer establecer ningún paralelismo en la trama ni resolución y desenlace de la historia, El hombre que mató a Antía Morgade me recuerda mucho a Diez negritos de Agatha Christie. Y es que, teniendo en cuenta la gran cantidad de personajes que hay en acción, desde el primer momento todos son buenos y malos a la vez, todos son inocentes y sospechosos a la vez, todos son víctimas y verdugos, todos tienen algo por lo que acusar a los demás y también algo por lo que callar. Y esos “todos” es lo que Portabales maneja y dosifica con absoluta, firme y experta mano izquierda, ofreciendo al lector la información de manera continuada, pero en pequeñas dosis, como se administra el veneno a alguien a quien se quiere matar sin levantar sospechas (que esto me lo han contado, que no es que yo…)

Un periodista le preguntó a la autora hace poco si habría una cuarta entrega de la saga. Ella afirmaba, con contundencia, que sólo si detrás había una buena historia que contar. Estoy convencido de que ninguno de sus fieles lectores tiene el más género de duda al respecto. Y sólo porque la historia sentimental, uno de los clásicos ganchos de este tipo de novelas, entre el inspector y la subinspectora, no está ni mucho menos resuelta. Y es que, en el fondo, los buenos lectores de novela negra también tienen una querencia oculta por la novela romántica. Arantza Portabales lo sabe y les ofrece de manera continuada, pero en pequeñas dosis, etcétera…

El hombre que mató a Antía Morgade (Lumen, 2023) | Arantza Portabales | 448 págs. | 19,90€

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