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Lady Leño y los pececicos

ANA BELÉN MARTÍNEZ | ¿Recuerdan a Lady Leño? Era una entrañable mujer que vivía en el famoso pueblo de Twin Peaks, aquel en el que mataron a Laura Palmer. Solía estar acompañada por un leño al que acunaba como a un bebé y con el que tenía una conexión muy especial. Una conexión capaz de ayudar al agente Cooper en sus investigaciones. La emblemática serie de David Lynch y Mark Frost marcó un antes y un después en la historia de la televisión. En el ensayo sobre creatividad y meditación Atrapa un pez dorado, David Lynch compara las ideas con peces. El director de cine afirma que para descubrir a los peces más poderosos y puros hay que adentrarse en las aguas más profundas. Aguas a unos niveles tan recónditos en los que el mundo conocido y la percepción que se tiene de él no existen. La realidad desaparece para dar paso a la creación de nuevas atmósferas, universos secretos, ambiguos e incomprensibles.

En Signos herméticos de una nueva melancolía (Franz Ediciones, 2021), la última novela de Alfonso García-Villalba (Murcia, 1975), no hay un pez dorado, pero sí peces rosa. Peces rosa que se buscan. Peces rosa que nadan sobre los omóplatos de sus protagonistas. Peces rosa que habitan en esas aguas de las que habla David Lynch. Signos herméticos de una nueva melancolía es una novela atípica, onírica e irracional en la que, además, la linealidad temporal brilla por su ausencia. Un artefacto arriesgado que desencadena una lectura muy distinta. La historia gira alrededor de un triángulo amoroso y está localizada en la Región de Murcia, en concreto, en lugares de mar o cercanos a este como Calblanque, Los Belones o El Salazar de Lo Poyo. Sus personajes viven controlados por unas arañas —drones— que sobrevuelan el cielo y por unas esferas azules que parecen observarlo todo, hasta las mentes. Para evitarlo los habitantes consumen drogas como blip y escarabajos que impiden el escaneado de las arañas. Los efectos de las sustancias psicotrópicas alteran la conciencia y la memoria de los personajes y, a su vez, el hilo argumental. Sin embargo, en medio de la nebulosa, de ese bosque confuso se atisban ciertos rayos de luz, acaso de verdad, los que flotan en los recuerdos de la infancia de N. el protagonista, al jugar con su hermana en verano o los compartidos con L. el hijo del protagonista, en donde centellea de la humanidad más transparente del personaje. 

García Villalba, autor de otros libros como Homoconejo (2016) y Esquizorrealismo (2014), conforma su tercera novela a base de símbolos y elementos sensoriales. Habitaciones de hotel, árboles oscilantes, grabaciones antiguas, espejos en los que meterse, mujeres con cabeza de lechuza, una vaca amarilla… Imágenes que asaltan al lector como piezas de un puzzle. 

Signos herméticos de una nueva melancolía es un pez extraño, cocinado en crudo y sazonado con especias raras. No es un plato para todos los gustos. Más bien destinado a paladares a los que les gusta experimentar sabores y texturas nada usuales.

Signos herméticos de una nueva melancolía (Franz Ediciones, 2021) | Alfonso García-Villalba |265 páginas | 18 euros

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