
ROCÍO ROJAS-MARCOS | A veces sueño que hay levante. Oigo el rumor de las ramas de las palmeras. Oigo la furia del mar. Ese viento siempre trae voces y algarabías. Sueño que salgo volando… así termina este libro que viene a contarnos lo inmenso que es lo que empieza al sur de Tánger. Fernández Parrilla sueña que sale volando para atravesar campos cultivados, para sobrevolar sobre ríos y montañas nevadas, para aterrizar en ciudades como Casablanca, donde la cultura marroquí está adoptando formas tan sorprendentes que necesita enseñárnoslas. El libro es un recorrido por un Marruecos tan personal como volcado en las redes sociales. Ajeno a todas esas fotografías de desiertos, camellos y babuchas, que, habiéndolas, no son más que la punta de un iceberg marroquí contra el que todos deberíamos chocar de frente, no para hundirnos, sino para todo lo contrario, para reaccionar tras el choque y descubrir la riqueza cultural de este país vecino al que insistimos en seguir mirando por encima del hombro sin darnos cuenta de que está tan alto como nosotros.
A partir de la puerta tangerina, Fernández Parrilla va a trenzar los recuerdos de su primer viaje iniciático al país magrebí aún imbuido por el miedo inculcado a lo moro, con medineos al más puro estilo goytisoliano. Ratos de contemplación artística, con silencios plagados de ruidos callejeros, para reconocer que A menudo, las fronteras entre el recuerdo y la imaginación se desdibujan, y lo vivido, lo leído, lo soñado y el cine se confunden, y es que quién no ha querido imaginarse sentada en el Rick’s café de Casablanca sin dudar de su existencia, mientras suena de fondo el piano de Sam. Pues bien, entre esos deseos de exotismo y fantasía y las realidades cotidianas a las que pusieron palabras autores como Mohamed Chukri, es por donde discurre este libro pequeño en su formato, pero inmenso en la dimensión que alcanza tras su lectura.
Al sur de Tánger no es un ensayo académico, pero la panoplia de autores que van plagando las páginas es casi incontable. No es una guía Cook de viajes, pero con él entre las manos podemos pasear por las principales ciudades marroquíes descubriendo aquello que no ofertan las agencias. No es un listín de teléfonos, desde luego, pero la guía de nombres que nos ofrece a través de los que ir hallando ese otro Marruecos que Fernández Parrilla nos está mostrando es enorme. Ahora bien, Al sur de Tánger sí es una mirada íntima del Marruecos que cautivó a su autor desde la primera vez que puso allí un pie, a pesar de haber bajado del barco mareado, muy mareado. Sí es un libro para entender que ese vecino próximo es más cercano de lo que estamos empeñados en creer. Y también es un recorrido dilatado y tranquilo por unos recuerdos que dan forma a toda una vida de conocimiento, estudios, amor y felicidad. Como el propio autor nos dice en las primeras páginas de la obra, para empezar, conviene dejar en casa los tópicos de siempre y los complejos de superioridad. No cuesta tanto salirse del pellejo del turista español. Además de regatear y tomar té con hierbabuena, se pueden hacer muchas otras cosas. Esto es algo de lo que podemos encontrarnos Al sur de Tánger donde no solo hay desierto y camellos, sino galerías de arte contemporáneo, rap, cines plagados de gente y buenas películas, y un sinfín de posibilidades que solo se despliegan si miramos con detenimiento e interés como ha hecho Fernández Parrilla durante más de treinta años para volcarlo ahora en estás páginas ¡Esa suerte tenemos!
Al sur de Tánger. Un viaje a las culturas de Marruecos (La Línea del Horizonte, 2022; 6ª edición 2025) | Gonzalo Fernández Parrilla | 176 páginas | 15.90 euros