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Los chicos airados

Mirad a vuestros verdugos

Servando Rocha

La Felguera Ediciones, 2010

ISBN 978-84-937467-1-1

220 páginas

12 €

Carolina León

«Cuando bajo a la bodega para escanciarme vinito, hay un jorobadito allí que lo quita del jarrito. Cuando voy a la cocina para hacerme una sopita, hay un jorobadito allí que me rompe la marmita«.

El cuento popular, la filosofía postmoderna, el situacionismo, la cultura de gran parte del siglo XX, los vorticistas, Marilyn, la llegada a la luna, el activismo político, la contracultura y la vanguardia entendida no como movimiento intelectual sino como llamada a la acción: estos son algunos de los ingredientes con los que se construye la primera novela de Servando Rocha, abogado y escritor a quien hemos podido leer, antes que aquí, en diversos ensayos. De hecho, la antesala de esta narración está en otro libro, Nos estamos acercando: la historia de Angry Brigade (La Felguera, 2009).

En el temible año de 1969, con la cultura hippie en pleno auge, las desigualdades y el silencio de las clases obreras cada día más procaz, crece el descontento de una clase de jóvenes (que alimentarán, posteriormente, los movimientos punk y la cultura de clubes, en el momento en que a la ira la sustituya la promesa del hedonismo). Estos son los protagonistas de Mirad a vuestros verdugos: viven desorientados, ven crecer la precariedad de sus opciones como rascacielos en torno a ellos, necesitan acción, aventura, espasmos. Alguno de estos jóvenes al interior de la novela (el misterioso Alex Leiah) pone en marcha el atentado terrorista contra la furgoneta de la BBC encargada de retransmitir al mundo la elección de Miss Mundo de aquel año.

«Nos hemos quedado sin aventura y también sin exploradores», dice Rocha en un momento del libro. Las exploraciones de los cosmonautas rusos y astronautas norteamericanos aparecen como metáfora, por un lado, de la última aventura, la última frontera a cruzar por el hombre; por otro, de la terrible soledad que nos acecha. Como novela, le quedó un poco ensayística, y de alguna forma esto también se ensarta con el comienzo de este párrafo: hemos llegado a un punto en que nos resulta difícil creer en las historias, también cuando las escribimos. Rocha se enamoró de la Angry Brigade mientras, recorriendo Londres y hablando con sus protagonistas, se documentó para el libro anterior. Como lectores, queremos y necesitamos las historias, pero también que nos las aliñen de alpiste teórico. Al menos en Mirad a vuestros verdugos, la profusión de tramas resulta tanto más rica cuanta más coartada intelectual se acerca a ayudar. Porque, en realidad, no es intelectual.

Eso sí, como novela, estudiando con los ojos del crítico, deja mucho que desear. Algunos capítulos son más largos de la cuenta, algunas tramas se pierden, la prosa no es excelente. Y sin embargo, la historia se lee con gusto, en clave de novela de acción o incluso de novela negra, y está llena de golosas digresiones que se apropian de figuras clave, desde Walter Benjamin a Jack el Destripador, desde Hitler a Wyndham Lewis.

Andando sus páginas, resulta que uno entra en un buen relato, como tobogán que te arroja en brazos de la revancha, de la necesidad de justicia y reacción contra el absurdo o limitado horizonte que nos han dejado. Es más: el libro versa sobre unos chicos airados de fines de los años sesenta, y lo que el lector de hoy siente es la nostalgia de no ser él el protagonista de la novela.

Pero, por último, no se trata de un libro sobre jóvenes, ni de una loca academia de rebeldía, ni de un alegato del terrorismo. Mirad a vuestros verdugos es un libro sobre la ira. La ira provocada por las posibilidades que nos han sido cercenadas. La ira por la llamada de la aventura, cada día más lejos e imposible en los mundos contemporáneos. También es un libro sobre la aventura, o al menos a mí me gusta verlo así. Me gusta pensar que en el fondo de este libro está la ira de nuestra generación (de cualquiera nacido después de 1970), mirando hacia atrás con una gran carga de ese sentimiento, por todas las aventuras que no nos dejaron vivir. Es un libro sobre la acción o la necesidad de acción. Un libro, también, de máximo aprovechamiento para todos aquellos que aún son capaces de todo, con un poco de indignación.

admin

3 comentarios

  1. Me ha parecido muy sugerente tu reseña… me ha recordado su temática a «Cosas que hacen BUM» de Kiko Amat, que me gustó mucho… Así que buscaremos este libro del amigo Rocha… Gracias por la recomendación!

  2. Gracias, Fran, es una lectura entretenida (no una novela perfecta) y provocadora. Yo a ratos prefiero esto que lo otro.

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