El octavo día
Thornton Wilder
Automática, 2013
ISBN: 978-84-15509-14-1
536 páginas
27 €
Traducción de Enrique Maldonado Roldán
José Martínez Ros
Thornton Wilder, un escritor demasiado desconocido en nuestro país, podría ser considerado un clásico menor de la literatura norteamericana de la primera mitad del siglo XX. Un clásico porque se le considera uno de los renovadores de la escena teatral de la época, autor de una de las mejores novelas históricas jamás escritas, Los idus de marzo, una poliédrica y maravillosa reflexión sobre el poder, la ambición y el deseo a partir del asesinato de Julio César, o la también magnífica El puente de San Luis Rey. Y el adjetivo “menor” sólo debido a que Wilder tuvo la “mala suerte” de compartir el panorama literario con alguno de los autores más importantes de la literatura contemporánea, como Hemingway, Faulkner o Scott Fitzgerald, lo que sin duda explica que su obra haya sido, en parte, injustamente olvidada.
El octavo día es su última novela, publicada en los años sesenta, cuando le quedaba muy poco tiempo de vida y ya llevaba casi una década de retiro personal y literario. Resulta curioso que un autor que fue considerado en su época innovador y arriesgado se volviera en esta novela peculiar y muy ambiciosa hacia los grandes clásicos del siglo XIX. Es imposible leerla y que su majestuosa trama, que se desarrolla a lo largo de varias décadas y generaciones de una misma familia, las constantes intromisiones de un narrador de voz sapiencial que no duda en interrumpir, con sus reflexiones, la narración, no evoquen esa época, la de Dickens o Tolstoi, en la que el autor, como un pequeño dios, desplegaba ante nosotros un vastísimo panorama literario para contarnos una de esas historias que, como se suele decir, son más grandes que la vida. Incluso el protagonista, John Ashley recuerda en muchos de sus rasgos al gran Jean Valjean de Los Miserables de Víctor Hugo.
Albores del siglo XX. Estamos en un pueblo minero, Coaltown, perdido en el vasto interior de Estados Unidos. Y si la caída en el abismo de Jean Valjean empezó con el robo insignificante de una barra de pan, la de John Ashley se inicia con un accidente trágico e impredecible. Se han reunido dos familias amigas, las de los dos ingenieros de la explotación minera, para compartir un día de asueto y, de repente, suena un disparo. Breck, uno de los dos ingenieros, muere, ¿asesinado? Y John Ashley, su compañero, su mejor amigo, es acusado del crimen, presuntamente por tener una relación adúltera con la esposa de la víctima. Es juzgado y sentenciado, pero cuando es trasladado en tren al lugar donde se cumplirá su condena, el vagón es asaltado por unos misteriosos desconocidos que lo liberan… Desde ese instante, la trama transcurre en dos líneas paralelas. Después, rodeados por la suspicacia de sus vecinos y de las fuerzas de la ley que los vigilan, temiendo que su padre intente retomar el contacto con ellos, los restantes Ashley tendrán que luchar por sobrevivir. Así, mientras John Ashley inicia una larga huida con rumbo a Sudamérica, su mujer se verá obligada a convertir el hogar familiar en una casa de huéspedes y sus hijos –inteligentes, valerosos, con un curioso punto nihilista- intentan, cada uno a su manera, abrirse camino en el mundo.
El octavo día es una novela que desafía alguna de las convenciones actuales del género: es una novela que está impregnada de la primera página a la última de la personalidad del autor, que desprecia olímpicamente el mandato flaubertiano de permanecer oculto. Wilder aprovecha cada vuelco de la trama -y tiene muchísimos, porque como buen melodrama abundan los incidentes tumultuosos y dramáticos- para explayarse ante el lector y desarrollar sus ideas sobre el destino, el ser humano, el deseo y un largo etc. Sin embargo, El octavo día es una lectura tan grata como apasionante. No sólo porque las enseñanzas de Wilder resultan acertadas, brillantes u originales, sino porque es una novela escrita con tal pericia y dominio de los mecanismos narrativos que resulta prácticamente imposible no considerar a su autor un auténtico maestro del género.
[Publicado en Notodo]