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Luz en la oscuridad

cubiertaSchopenhauer

VICTORIA LEÓN | Los grandes nombres del pesimismo como Leopardi, Byron o Schopenhauer resisten el paso del tiempo con su aguijón intacto y sin perder un ápice de su capacidad de seducción. Y esta antología de parábolas y aforismos que la clásica colección de bolsillo de Alianza Editorial suma a su biblioteca de autor dedicada al filósofo alemán es perfecta muestra de ello.

Una de las cosas que el lector podrá descubrir en el volumen es que los textos filosóficos de Schopenhauer (sin duda uno de los mejores escritores que ha dado la historia del pensamiento) dialogan constantemente con la literatura universal, escogiendo lo mismo a Shakespeare, a Sterne o a Calderón como interlocutores, pues son también, y en el más noble y profundo sentido del término, literatura. Su riqueza de estilo es incomparable (y el lector en castellano puede disfrutarla, lo que no es decir poco, en la presente traducción); su capacidad metafórica, de las que solo se hallan al alcance de los grandes poetas.

Fascinado por otro gran estilista como Baltasar Gracián (al que tradujo a su idioma), el pensamiento de Schopenhauer lleva el desengaño barroco a sus últimas consecuencias para afirmar que “la vida real y los sueños son páginas de un mismo libro” y que, desde la perspectiva del pasado, poca diferencia existe entre lo que soñamos y lo que vivimos. “La vida es una noche que llena un largo sueño”, escribió a los veintidós años sentando una de sus ideas fundamentales, sobre las que regresaría una y otra vez.  Aunque, más allá del sueño como gran metáfora central de la vida, también se adelantará a Nietzsche y a Freud al sostener que “solo la más pequeña parte de nuestro propio ser recae en nuestra conciencia; el resto permanece en oscuras profundidades del inconsciente”.

Para Schopenhauer, la conciencia de la muerte es el requisito de la filosofía, el poderoso catalizador que, al suspender la acción de la voluntad en el ser humano, prende en él la hoguera del conocimiento. Y este parte necesariamente del viejo nosce te ipsum, pues considera el autoconocimiento la condición ineludible para intentar el conocimiento del mundo:

“Los secretos últimos y primordiales los lleva el hombre en su interior  […] por eso solo aquí puede encontrar la clave para resolver el enigma del mundo y el único para captar la esencia de todas las cosas”; “conoce la verdad en ti, conócete a ti mismo en la verdad”.

“Vida y muerte”, “Sabiduría de vida”, “Antropología y sociedad”, “Sufrimiento y desamparo” y “Filosofía, arte y naturaleza” son las cinco secciones temáticas diferenciadas en que se agrupan los textos, pero la que se destaca en esta antología, centrada en dos géneros morales por excelencia como el aforismo y la parábola, es su faceta de moralista brillante que entiende que “una vida feliz es imposible; lo máximo que el hombre puede alcanzar es una vida heroica […] la que lleva quien en algún asunto lucha contra enormes dificultades por algo que redunda en el bien de todos, y en última instancia vence, pero se le paga por ello mal, o nada en absoluto”.

Más que como un género, Schopenhauer parece entender el aforismo como la forma pura de la inspiración: “Nuestros mejores pensamientos […] llegan repentinamente a la conciencia como una inspiración y frecuentemente bajo la forma de una grave sentencia”. Pero los que se reúnen aquí son fragmentos extraídos de toda clase de fuentes (sus obras filosóficas canónicas, textos de juventud, fragmentos de poemas o cartas a su madre…) que nos recuerdan que la felicidad no consiste en el placer inalcanzable, sino en evitar el dolor, en saber hallar un “refugio ignífugo” en el infierno.

El conocimiento puede que no sea más que una luz en la ilimitada oscuridad. El asombro filosófico nos conduce a la perturbación y al desconsuelo y, firmada el acta de defunción del mito de la Razón ilustrado, hay en Schopenhauer una crítica feroz a la idea del progreso histórico que entusiasmaba a Borges: “Mientras la historia muestra que en cada momento ha sucedido algo distinto, la filosofía se esfuerza por hacernos entender que en todo tiempo fue, es, y será lo mismo”. Pero, como señala el editor y traductor del volumen, dos son las formas de redención para el ser humano que hallamos en Schopenhauer: el ascetismo como negación de la voluntad y el arte como suspensión de la misma. Y sobre el arte tratan algunos de los textos más luminosos que se recogen aquí: “La vida jamás es bella; solo son bellas sus imágenes transfiguradas en el espejo del arte o de la poesía”. “La música es en su conjunto la melodía para la que el mundo es el texto”. “La poesía es a la filosofía lo que la experiencia a la ciencia”. “El poeta es, en suma, el hombre universal”.“La poesía es la imagen de lo eterno en el mundo”.

Se brinda al lector con estas páginas una excelente oportunidad de acceder a la esencia del pensamiento schopenhauriano, de acercarse a su personalidad compleja y fascinante y a su pesimismo redentor y paradójico, y recordar la lección acaso más valiosa que su obra nos sigue dejando: lo que fragua la filosofía es  “el valor de no guardarse ninguna pregunta en el corazón”.

Parábolas y aforismos (Alianza editorial, 2018), de Arthur Schopenhauer | 176 páginas | 9.50 € | Selección, traducción y prólogo de Carlos Javier González Serrano

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