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Mártir del siglo XXI

José Martínez Ros

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Todas las historias de amor son historias de fantasmas

D.T. Max

Debate, 2013

ISBN: 978-84-9992-293-5

408 páginas

23,90 €

Traducción de María Serrano Giménez

 

 

Con su temprana muerte, David Foster Wallace (1962-2008) se ha convertido, tristemente, en un mito de la literatura contemporánea, sólo comparable a otro fenómeno de alcance global, Roberto Bolaño, con el que comparte la cúspide del martirologio postmoderno. No obstante, tienen muy poco en común. Roberto Bolaño fue un autodidacta nato; Foster Wallace, el producto de la más elitista cultura universitaria norteamericana. La vida de Bolaño puede verse como una lucha contra las circunstancias familiares, sociales e históricas para convertirse en el gran escritor que llegó a ser; Foster Wallace poseyó un enorme talento natural y, además, triunfó casi desde el principio de su carrera.

Su segunda novela, la monumental La broma infinita –que ocultaba bajo una fina capa de ciencia-ficción blanda y sátira social una negrísima reflexión sobre la insustancialidad del mundo contemporáneo-, obtuvo un recibimiento apoteósico, igual que su primer -y bastante extraordinario- libro de relatos, La niña del pelo raro. Su estatus de gran promesa de las letras norteamericanas quedó confirmado con otro libro magnífico, y quizás el más influyente e imitado de toda su obra, Algo supuestamente divertido que jamás volveré a hacer. En ese libro hallábamos ensayos sobre la influencia de los medios audiovisuales en la narrativa, descacharrantes reportajes en los escenarios más variados -el rodaje de la última película de David Lynch, una feria estatal en el corazón rural de Norteamérica, un crucero por el Caribe- y una constante preocupación por la cultura alta-baja de su país, por la televisión, la política, los deportes, el porno o, incluso, los hábitos alimenticios. Todo unificado por la maravillosa, exhaustiva, detallista, erudita e inimitable (y a pesar de ello imitada hasta el hartazgo por sus seguidores) prosa de Wallace, y por una perspectiva irónica, pero a la vez llena de compasión y, lo más importante, profundamente moral. El David Foster Wallace-escritor parecía decidido a convertirse en un intelectual en el centro de los debates culturales de su tiempo, en un auténtico clásico vivo, pero lo que no sabíamos y ahora nos descubre la recién publicada biografía de D. T. Max, Todas las historias de amor son historias de fantasmas es que, mientras tanto, el David Foster Wallace-persona se iba hundiendo progresivamente en un marasmo depresivo que, finalmente, lo conduciría al suicidio.

En el libro de Max conocemos a otro Foster Wallace: solitario, pero constantemente necesitado de compañía, mujeriego compulsivo, adicto -como muchos de sus personajes- a los antidepresivos, tentado más que por la muerte por el deseo de anulación y la desesperanza. Si Roberto Bolaño luchó hasta el fin de sus días para completar su obra con un texto que lo justificara, por terminar su novela póstuma, 2666, David Foster Wallace murió porque no halló ni en la literatura, ni en ninguna otra parte, un sentido a su existencia.

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En cuerpo y en lo otro

David Foster Wallace

Mondadori, 2013

ISBN: 978-84-3972-717-0

304 páginas

18,90 €

Traducción de Javier Calvo Perales

 

 

Junto a la biografía, nos llega la inevitable recuperación de textos inéditos o, al menos, nunca compilados, En cuerpo y en lo otro. Como suele suceder en estos casos, el libro resulta interesante sobre todo para aquellos lectores avezados en la obra de Foster Wallace y que no se resignan a no leer jamás ningún otro texto firmado por él. Hallamos un par de artículos seminales sobre la narrativa norteamericana de los ochenta, la representación literaria de las matemáticas avanzadas en varias novelas recientes o sobre el tenis, que como todo fosterwallaniano sabe, fue una de las grandes pasiones del escritor, pero en modo alguno comparables a los que ya hemos leído en sus libros anteriores. El mejor ensayo del conjunto es la larga, densa y apasionada crítica de la novela experimental de David Markson, La amante de Wittgenstein; un ensayo, este sí, tan magistral que, aunque carezcamos de interés por la filosofía analítica o no hayamos leído la obra que le sirve de marco, acaba siendo uno de esos (de los muchos) textos de David Foster Wallace que sus lectores consideramos imprescindibles. Y aunque en conjunto En cuerpo y en lo otro sea un libro débil y desigual, es un libro en el que las obsesiones de uno de nuestros autores favoritos -la lógica, la influencia de los medios, los deportes, la moral- nos siguen iluminando.

[Publicado en Notodo]

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