Un año más, el blog de crítica literaria Estado Crítico ha evaluado todo lo leído a lo largo de doce meses para emitir sus premios en cuatro categorías, y hacemos públicos los fallos de nuestros Premios Estado Crítico 2017:
El jurado de estadistas ha decidido premiar a La uruguaya de Pedro Mairal (Libros del Asteroide) como la Mejor obra de narrativa de 2017 por su modo de reflejar todo un país y un momento histórico a partir de una anécdota individual; por su huida de los personajes y las situaciones convencionales, por su estilo claro, eficaz y al mismo tiempo elegante, y por ser en sí misma una defensa de la mejor tradición latinoamericana de novela corta.
Los y las estadistas sufren de entusiasmo exacerbado, por lo que otorgan la categoría de Mejor ensayo de 2017 a El entusiasmo (Anagrama) de Remedios Zafra, por tratarse de una aguda y sabia exposición de algunos males de nuestro tiempo. Con un estilo narrativo ágil y con erudición llena de sensibilidad, nos hace preguntarnos acerca de asuntos pertinentes a la creatividad, el trabajo cultural y académico, y su sitio en un mundo excedentario y volcado hacia el aplauso gratuito y fácil, sin quedarse en el lamento y proponiendo vías alternativas. Encontramos que El entusiasmo es un ensayo congruente con su tiempo, que merece muchos ojos y espacio genuino para ser pensado.
El jurado ha decidido otorgar el Premio Estado Crítico a la Mejor traducción del 2017 a Malika Embarek López por Canción Dulce (Cabaret Voltaire) de Leila Slimani como reconocimiento a su capacidad para volcar al castellano el tono de complicidad con un lector conocedor del final de la obra desde el comienzo que posee el original francés, por haber sabido plasmar un mundo infantil plagado de diminutivos –siempre tan difíciles de trasladar de un idioma a otro– sin caer por ello en el error de adaptar en exceso términos característicos de la cultura francesa y por lograr mantener la sencillez fría de Leila Slimani de forma que llegue al lector español en toda su inquietante grandeza.
Estado Crítico otorga, por último, el Premio al Mejor libro de poesía a Si quisieras podrías levantarte y volar (Bartleby) de José Carlos Rosales. Si quisieras podrías levantarte y volar cumple con el cometido más importante de la poesía –y de la literatura en general-: estamos ante un libro profundamente conmovedor, un poemario de los que te agarran por las solapas y te estremecen, una obra de una tristeza desgarradora y desoladora de la que el lector, por poco sensible que se muestre, no va a salir inmune. El poeta granadino ha conseguido con este poemario un libro redondo, una obra emocionante y turbadora a partes iguales.
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