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¿Qué fue de las bayas de Goji?

Portada_Jamón York no existe

JOAQUÍN PÉREZ BLANES | Es un entrañable oxímoron nombrar a la Boticaria García como una moderna tradicional, porque esta doctora en Farmacia, graduada en Nutrición humana y Dietética y en Óptica y Optometría, se ha erigido en la nueva Txumari Alfaro de los remedios caseros, aunque actualizando el formato. Si antes fue la televisión ahora son las redes sociales. Boticaria García habla del mal que hacen algunas figuras de influencia masiva cuando cuelgan en su Instagram esos mejunjes detox, esas dietas Keto (cetoginéticas) o muestran sin pudor la obsesión apabullante por el ayuno intermitente y, sin embargo, ella misma recurre a esas plataformas para difundir su mensaje, otra bonita paradoja. Marián García, nombre completo de la boticaria de moda, decidió ponerse manos a las redes cuando descubrió la vastedad de disparates que las y los influencers exhibían al día. De este modo, trató de contrarrestar dichas barbaridades, escribiendo, de manera docta, ilustrada y sensata, sobre alimentación y otras dudas existenciales que a los mortales de a pie nos martirizan, como los golondrinos axilares o el meteorismo estomacal. Marián García comenzó con un blog al que llamo Mi Gremlin no me come y en el que ya mostraba ingenio, sencillez e ironía, quizás más fresca y desvergonzada que, tiempo después, en el que es su blog más conocido y que lleva su nombre de batalla: Boticaria García.

El libro El jamón de York no existe va por su quinta edición, la primera es de mayo y la quinta de septiembre de 2019, es decir, a edición por mes, ya le gustaría al más pintado. Es cierto que este volumen, publicado por La esfera de los libros, es muy cómodo de leer, porque tiene la apariencia pedagógica de un libro de texto: sencillez, listas enmarcadas, títulos destacados y los datos más significativos subrayados. Imagino que ese diseño agiliza la lectura al más disperso o bien facilita encontrar lo más apreciable de su contenido al lector impaciente. En cualquier caso es detallado e ilustrativo.

El libro es un esmerado compendio de todo lo que pueden encontrar en su blog y en sus entrevistas. Esta publicación tiene el subtítulo de La guía para comprar saludable y descubrir los secretos del supermercado, con tener la palabra saludable pareciera que leyéndola íbamos a perder unos kilitos. No se equivoquen, esta no es una guía de dietas milagrosas, en realidad es una explicación bastante minuciosa de las características de los alimentos que consumimos alegremente, guiados por el marketing de las empresas alimentarias que, como es habitual, rozan los límites de la legislación para descubrirnos un mundo maravilloso en el que unas galletas reducen, falsamente, el colesterol como si de un tratamiento médico con estatinas se tratase.

La doctora García se centra en este libro en los lácteos, los cereales, las legumbres, las frutas y verduras, las carnes, los huevos, el pescado, los aceites, las mantequillas y margarinas, el azúcar y los edulcorantes y, lo que Boticaria García denomina con retranca los zorromostros nutricionales, que vienen a ser los palitos de mar, que contienen, principalmente, surimi, que no es otra cosa que pasta de pescado y azúcar, y las salchichas de Frankfurt que es carne separada mecánicamente, agua y grasa de cerdo.

Hay que reconocerle a la doctora García una claridad expositiva y un sentido del humor que convierten esta obra en un manual de consulta. Lo cierto es que, por suerte, no se trata de un libro mágico para adelgazar, ni el libro en sí mismo es saludable, lo que hará más saludable nuestras vidas es lo que recomiendan los médicos desde Hipócrates: dieta equilibrada, deporte moderado y un espíritu positivo. Esta obra nos ayuda a descubrir los entresijos de la letra pequeña de los alimentos, que no es poca cosa.

Como solía repetir Quevedo: “Todo en demasía es veneno” y así sigue siendo. Las modas son modas, vienen y se van, como las bayas de Goji, de las que nadie habla ya, pobrecitas, y el mundo se convierte en una absurda contradicción. Mientras unos persiguen a los carbohidratos como si fuesen el mismísimo demonio, las panaderías artesanales florecen como champiñones. Mientras medio mundo se muere de hambre, el otro medio, el que puede comer lo que le venga en gana, prefiere consumirse como una pasa deshidratada al sol. Mientras unos hablan de todo lo bueno que nos ha acercado la globalización, las ciudades cada día se parecen más unas a otras a ritmo de franquicia. Nos quejamos porque en nuestra ciudad cierran los ultramarinos, las tiendas de barrio, los artesanos, pero hacemos la compra principalmente en las grandes superficies. Somos la queja pública aunque nos dejemos arrastrar por la corriente silenciosa. Hay un hermoso poema de Ángeles Mora que termina: “Las contradicciones parecen insufribles/en nuestro mundo. Pero uno intenta/huir de ellas/como los pájaros:/huir quedándose”. Así nos va.

El jamón de York no existe (La esfera de los libros, 2019) | Dra. Marián García “Boticaria García” | 255 páginas | 17,90 euros

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