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Retrato de un villano

alabaster

Alabaster

Osamu Tezuka

Astiberri, 2014. Colección «Sillón Orejero»

ISBN: 978-84-15685-63-0

488 páginas

26 €

Traducción de Eva Sakai

 

 

José Martínez Ros

Osamu Tezuka (1928-1989), uno de los grandes artistas del siglo XX fue el creador del manga y de la animación japonesa tal y como la conocemos actualmente. Y también un pionero del cómic de temáticas más adultas y con mayor capacidad crítica: a finales de los sesenta y principios de los setenta, publicó una serie de obras como MW, la genial El libro de los insectos humanos y Alabaster, que ahora recupera Astiberri en una de sus cuidadosas ediciones, que sorprendieron y escandalizaron en su momento a la conservadora sociedad japonesa por su uso explícito de la violencia y el sexo, sus alusiones a la corrupción social, el sadismo del ser humano con sus semejantes, la homosexualidad y la religión y por su aparente nihilismo. Lo que se ha venido a llamar el Tezuka “oscuro”. En realidad, esa serie de obras de Tezuka nacieron de su profundo descontento con el rumbo que había tomado su país tras la II Guerra Mundial: con el predominio del materialismo y el capitalismo, la influencia cada vez más presente de las organizaciones de extrema derecha y los clanes mafiosos y la hipocresía de los líderes políticos nipones.

En todas esas obras, la estrategia narrativa de Tezuka es similar. Un individuo sin escrúpulos, pero también carente de cualquier hipocresía, dispuesto a todo para alcanzar sus fines, crímenes, engaños, lo que sea necesario, emprende una guerra privada contra la sociedad. Puede ser un joven luciferino angelicalmente bello -el Yuki de MW-, la seductora y camaleónica protagonista de El libro de los insectos humanos y, por fin, el misterioso Alabaster, que le permite tocar un nuevo aspecto condenable de la sociedad: el racismo y los prejuicios. A un antiguo atleta negro encarcelado injustamente en prisión le lega un anciano misterioso un revolucionario secreto científico: la clave de la invisibilidad, y con ella podrá iniciar su venganza. Así se transforma a sí mismo en Alabaster. La historia se enriquece con un buen número de secundarios, donde destaca la joven Ami, nieta del anciano -que responde al prototipo clásico de ‘mad doctor’- con la que había experimentado cuando sólo era un bebé, con terribles resultados; y su protector, un joven delincuente, Gen, que es tal vez el personaje más positivo dentro del elenco de protagonistas, lo que no deja de ser sintomático en una “novela gráfica” que se vuelve más sombría y desesperanzada página tras página.

Tezuka abandona en parte el realismo expresionista de El libro de los insectos humanos y parece buscar inspiración en clásicos tan populares como el propio El Conde de MontecristoFantomas El hombre invisible; lo que se percibe en el uso de tópicos ‘pulp’ como la isla misteriosa o el castillo secreto que sirve de refugio al (anti)héroe. Su dibujo, sencillo, casi ‘naïf’, pero lleno de recursos gráficos sorprendentes, se adecúa a la perfección a una historia que te atrapa desde la primera viñeta con un ritmo implacable. Tal vez no llegue a los niveles de El libro de los insectos humanos, pero no deja de ser una obra de altísima calidad de quien fue llamado “el Dios del manga”.

[Publicado en Notodo.com]

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