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Su Tánger

SERGIO BARCE | Tánger es una dama perversa, una hechicera, una ladrona. Tánger es un mito, es una metáfora, es una ensoñación. Tánger no existe. Y precisamente porque Tánger ya no existe (los tanyauis saben de lo que hablo), Tina Suau añade en el título de su novela esa certera sentencia: “la vida soñada”.

En los últimos años se ha producido una eclosión de novelas ambientadas en el Tánger internacional o en el actual. Sin embargo, muchas de ellas carecen de ángel y de alma, porque la ciudad es mero decorado de cartón piedra y esas historias podrían haberse ambientado en Estambul o en Saigón sin afectar al resultado. En otras novelas también ocurre que Tánger se convierte en un descarado anzuelo publicitario, y el desconocimiento que demuestra su autor o autora sobre ella y, en especial, sobre sus gentes es tan evidente que, a veces, hasta sonroja. Por eso, el libro de Tina cobra mayor relevancia, porque ella es tanyaui de los pies a la cabeza y evita ese mal uso de Tánger como mero atrezo (sigue la estela de Antonio Lozano o Ramón Buenaventura, por poner dos buenos ejemplos), y porque sabe transmitir el significado profundo de la experiencia vital tangerina (como los autores antes mencionados). Ella utiliza a Tánger porque la necesita para seguir respirando.

La novela nos cuenta la vida de William Brady, un americano que se instaló en la ciudad en los años treinta y para el que Tina trabajó durante unos meses. Mafioso, asesino, espía, embaucador, amante, honesto sin embargo, que se casó con una torera española, Enriqueta Almenara, famosa en la época de la República junto a su hermana Amalia, conocidas en el mundo taurino como las Hermanas Palmeño. Un matrimonio que, ya de partida, resulta de lo más atractivo. Y Tina Suau abre la puerta de su intimidad, con desparpajo, con la seguridad que le da el conocerla de primera mano.

La estructura elegida de novela negra clásica (Tánger da mucho juego en este sentido) la envuelve con una pátina de misterio muy sugerente. A la vez, Tina no elude ni el romanticismo ni la aventura, pero tampoco olvida, como ocurre en toda novela negra que se precie, bucear en el lado más oscuro de Tánger: su oscura etapa fascista, sus bajos fondos, la corrupción política y policial…. Eso y mucho más es esta hermosa y caleidoscópica novela que recorre casi cien años de historia de Tánger de manera lúcida, cálida y nostálgica. Esto último no puede evitarlo. Y me encanta. Porque la belleza de sus páginas radica en esta arrebatada declaración de amor que Tina Suau dedica a “su” Tánger.


Sergio Barce, reseña invitada en Estado Crítico, es escritor y guionista.


Tánger, la vida soñada (Esdrújula, 2024) | Tina Suau | 268 páginas | 18 euros

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