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Superhéroes de barrio


Demo

Brian Wood y Becky Cloonan

Planeta DeAgostini, 2011

ISBN: 978-84-674-8723-7

352 páginas

18,95 €

Traducción de Bittor García

José Martínez Ros

La adolescencia es, sin duda, uno de los temas más complicados a los que cabe enfrentarse en las distintas formas narrativas del arte; todos tenemos un recuerdo generalmente incómodo de esa época de transición plagada de trampas, miedos, deseos e insatisfacción. En literatura, desde el Lazarillo de Tormes al viaje por el Mississippi de Huckleberry Finn hasta los fantásticos y geniales adolescentes de Salinger, es un tema que, con mayor o peor acierto, se ha tratado en múltiples ocasiones, no tanto en su joven hermano, el cómic. En este caso, el artista que se enfrenta a ese reto es el guionista, Brian Wood, conocido por su trabajos para Vertigo, la división de DC Comics enfocada a un público más adulto en la que han explotado algunos enormes talentos, como Alan Moore (V de Vendetta), Garth Ennis (Predicador) o Neil Gaiman (Sandman).

Wood ha alcanzado un éxito considerable entre los aficionados con títulos espectaculares, como Northlanders, ambientada en la salvaje era vikinga, o DMZ, que recrea una imaginaria guerra civil en Estados Unidos; en Demo intenta algo completamente distinto y, desde luego, mucho más intimista: doce historias independientes entre sí sobre jóvenes en distintos tipos de encrucijada vital de la que no siempre saldrán indemnes. Jóvenes, en ocasiones casi niños, frustrados, llenos de resentimiento o culpa, que crecen en una sociedad adormilada y desestructurada que no les ofrece demasiadas salidas. Unos de los elementos más atractivos de este cómic es que en muchos casos están dotados de poderes increíbles, superfuerza, telequinesis, inmortalidad… pero difícilmente saben cómo usarlos en su día a día. Lo que nos recuerda no tanto a la malograda serie de televisión Héroes, sino a su muy superior réplica británica, Misfits. La inclusión de esos superpoderes no afecta en absoluto a la tonalidad realista y trágica que Wood otorga a sus historias: pueden ser individuos extraordinarios, pero los vemos en situaciones extraídas del no demasiadas veces fantástico mundo en que vivimos todos nosotros.

No todas las historias están igual de logradas, pero varias de ellas, como la quinta, centrada en una chica con el don de adoptar la imagen más atractiva posible para el que la observe o la novena, acerca de la ruptura de una pareja y que recuerda en más de un detalle a Olvídate de mí, la genial creación de Charlie Kaufman y Michel Gondry, nos convencen con su mezcla de belleza –una belleza exasperada y vertiginosa- y emoción, a lo que también contribuye la dibujante Becky Cloonan. Cloonan había sido, por su parte, la responsable de otra serie de cómic de Vertigo, American Virgin, una curiosa exploración de la religiosidad norteamericana (que nos parece tan extravagante e incomprensible a nosotros, los europeos). En sus trazos enérgicos y sombríos, como en buena parte de los artistas de su generación, se aprecia una fuerte influencia del manga japonés.

¿Qué sería de los integrantes de los X-Men si nunca hubiera existido un Profesor Xavier, si nadie los guiara, si no tuvieran superenemigos o vivieran en un vecindario de clase baja? En el caso de que les parezca una pregunta interesante lean Demo.

admin

5 comentarios

  1. Al final quería «como en buena parte de los artistas de su generación» ;). Si, claro que la conozco y desde aquí reclamo a Vertigo/Planeta de Agostini una reedición en condiciones de Los invisibles de Grant Morrison.

  2. Como lector de este blog desde sus comienzos, permítanme sus responsables, siempre desde el respeto, una crítica constructiva: la calidad de sus críticas ha bajado con sus nuevos colaboradores. Por favor, Alejandro Luque, Manolo Haro, Daniel Ruiz García, ¡pónganse las pilas!

    Saludos,

    Jaime Alba.

  3. Siempre son bienvenidas las críticas constructivas, pero la anterior sería más constructiva aún si indicara con detalles en qué se nota la bajada de calidad de las críticas de «Estado Crítico». En mi opinión, las últimas reseñas están mucho mejor maquetadas que al principio, poseen un estilo gráfico único, son más eclécticas… Si el problema está en el contenido (¿profundidad en el análisis, referencias, calidad de las lecturas?), mucho me temo que eso es ya una cuestión de gustos.

    Y estoy totalmente de acuerdo en lo siguiente: Dani, Luque y Haro, ¡volved! 😉

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