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Un escritor brillante, una prosa poderosa y una objeción


Cúpulas y capiteles. [Entradas del blog La columna toscana]

José María Jurado

La Isla de Siltolá, 2011. Colección «Álogos»

ISBN: 978-84-15039-59-4

103 páginas

12 €

Juan Carlos Sierra

Si no en años, sí en número -el 18-, se puede afirmar que la Colección «Álogos» de la Isla de Siltolá se ha hecho mayor de edad con el libro de José María Jurado Cúpulas y capiteles. Pero no solo por cuestiones cuantitativas, sino esencialmente por la calidad que manifiesta esta entrega.

Confeccionar una sólida colección de libros a partir de ese material heterogéneo e irregular desde el prisma de lo literario que es el blog resulta una misión extremadamente complicada. Unas veces se acierta y otras no tanto. Sin embargo, con la selección de entradas de José María Jurado el tiro ha dado exactamente en la diana de la exigencia literaria.

Independientemente de otras consideraciones, se puede afirmar que Cúpulas y capiteles nos sitúa ante un escritor brillante. No es tanto el sustrato cultural –del cine a la música pasando por la historia y los viajes- del que hace gala José María Jurado ni el aprovechamiento exhaustivo de sus lecturas; no se trata solamente de sus juegos literarios ni de sus quiebros oportunamente divertidos; no es por su manejo, aunque sea a pequeña escala, de diversos géneros literarios en esta miscelánea digital; ni siquiera por la ternura a años luz de sus peligros cursilones de algunas de las entradas de estas Cúpulas y capiteles. No es solo por todo esto, aunque también.

Lo que demuestra en principio Cúpulas y capiteles es que estamos ante un escritor versátil que ensaya en el laboratorio de su blog La columna toscana diferentes fórmulas creativas y que, por consiguiente, se pone a prueba constantemente. Nos dejamos seducir por un autor de registros variados que va aprendiendo en cada experimento el oficio de juntar palabras que sacudan al lector -en lo emocional y en lo estético-.

Pero además de esto, fundamentalmente leemos y experimentamos en la selección que ha entregado José María Jurado a la Isla de Siltolá el placer de una prosa poderosa, compacta, orgánica, rica, sugerente, viva,… Si en un buen poema cualquier palabra es exactamente la necesaria e imprescindible, si los vocablos han de ajustarse y ceñirse como añillo al dedo del verso, podemos decir que en Cúpulas y capiteles estas condiciones líricas se cumplen en un tanto por ciento muy elevado pero para la prosa; otro asunto, sin embargo, sería el análisis de los poemas incluidos como entradas en el blog, que, salvo el titulado «Calendario perpetuo» -que recuerda al Ángel González preocupado por el paso del tiempo, los días de la semana y su hastío-, se hallan más próximos a la humorada -brillante en todos los casos, eso sí-.

Cúpulas y capiteles está organizado en cuatro partes más un prólogo del propio José María Jurado, que funciona como una suerte de ‘captatio benevolentiae’ y ‘sermo humilis’ juntos. Citando al propio autor en su blog, diremos que la primera parte «Divagaciones» son artículos y humoradas, la segunda «Dramatis personae» monólogos dramáticos e históricos, la tercera «Las Mil y Una Noches» cuentos y la cuarta «Música de Capilla» textos de Cuaresma y Semana Santa.

Y aquí precisamente, en esta cuarta parte, se encuentra la única objeción al libro. Este habría quedado redondo sin esta última sección que huele demasiado a incienso y, lo más grave, rompe el tono del conjunto, porque de la universalidad se pasa sin transición al localismo y de la literatura en mayúsculas al cartel turístico aderezado con la retórica sentimental del pregonero de Semana Santa. Lástima.

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