París D. F.
Roberto Wong
Galaxia Gutenberg, 2015
ISBN: 978-84-16252-20-6
200 páginas
16,50 €
I Premio Dos Passos
José Martínez Ros
El I Premio Dos Passos para autores nóveles fue convocado el año pasado. Su primer ganador es un joven autor mexicano, Roberto Wong, con París D. F., una novela no libre de defectos, pero que nos descubre un narrador potente e inspirado.
La historia de París D. F. corre desde el principio el riesgo de padecer de una especie de universalidad negativa: de ser un relato que, con pequeñas variantes, todos hemos leído o visto en una pantalla un millón de veces, con rasgos más o menos melodramáticos. La historia nos presenta a un protagonista, Arturo, que, como tantos otros, siente una profunda desconexión con el mundo que le rodea, entre sus ambiciones, deseos y circunstancias. Resumiendo: escribe poemas, trabaja en una farmacia, vive con su madre, su existencia se desenvuelve en una urbe inmensa del México D. F. sin grandes alicientes. Joven incomprendido. Alienado. Solitario. Ambiente opresivo. Vamos, ¿de verdad no les suena? No obstante, un ingenioso recurso salva a París D. F. de caer en el pantano de la falta de originalidad y la transforma en una novela digna e inteligente: el recurso de la fantasía.
Arturo sueña con hacer lo que hicieron tantos escritores latinoamericanos en el pasado siglo, con vivir en París, un París idealizado; como de momento es eso, sólo un sueño imposible, y tal como sucede en un famoso cuento de Cortázar, su ciudad se transfigura en su cerebro en la soñada. En su mente, una ciudad se superpone, contiene a la otra, la invade. Lo que da al libro un toque de oscura magia y zozobra a una peripecia demasiado común. No voy a explicar los mecanismos literarios que utiliza Wong: merece la pena leerle y, sin duda, es lo mejor del texto de lejos. Una fantasía que, poco a poco, adquiere una mayor importancia, sobre todo después de que la violencia -ese destino latinoamericano- del que hablaba Borges y que tan a menudo citaba Bolaño, irrumpe a través de un accidente tan brutal e inesperado como común: un intento de robo.
Sobre todo, la novela de Wong nos recuerda, por su marcado carácter existencial y por su protagonista desubicado a novelas como El extranjero o La nada; y al realismo sucio norteamericano, que con toda probabilidad influye en el hallazgo de una voz narradora creíble, lacónica y despojada que, inmediatamente, se gana nuestra confianza como lectores. También nos recuerda a varias películas del nuevo cine mexicano: a la unión de Iñárritu y Arriaga con su descripción crítica y asfixiante de la vida en el D. F. como Amores perros y El búfalo de la noche (esta segunda, novela y película de Arriaga con la que tiene algunos puntos en común).
Paris D. F. es una buena novela y, lo que más importa, da validez al Premio Dos Passos, al haber sido capaz de detectar un narrador de valía entre, suponemos, numerosos candidatos. Una función que ocuparon en el pasado el Premio Biblioteca Breve o el Nadal, antes de ser colonizados por el, así llamarlo, «efecto Planeta».
[Publicado en Notodo.com]
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