MANUEL J. RAMOS ORTEGA | Supongo las dudas que le han podido asaltar a nuestro autor antes de emprender el estudio y la redacción de estas páginas que ponen, blanco sobre negro, la verdadera historia del origen y desarrollo de un movimiento poético como la otra sentimentalidad del que “se ha escrito mucho y a veces mal”, como reconoce el propio autor de este libro en sus palabras iniciales. Desde ya, arrójense diatribas, falsas cuitas y pocas necesarias disculpas o, lo peor, autoalabanzas ni proclamas, pues ya no es hora de explicaciones más que las precisas. Álvaro Salvador no es, por otra parte, amigo de lisonjas, ni menos aún, de autoalabanzas. Lo ha tenido muy claro y este ensayo es una verdadera prueba del nueve y respuesta abierta y sincera, sin guardar la ropa, para todos aquellos que, desde tribunas de falsos aduladores o, por el contrario, toros vistos desde la barrera, tratan de pontificar qué fue del ayer y cómo se ha digerido por falsos profetas del “ya te lo dije” una de las pocas aventuras poéticas, si no la única, que zarandeó el dormido status quo de la poesía española de los años 80 en nuestro país. Pues en aquellos todavía imprevisibles años que lo mismo podía caer la moneda de cara o de cruz, la vida de la poesía española discurría plácida por los carriles de los poetas en la tradición neoclásica garcilasista, de los que el Premio Adonáis mantenía, con honrosas excepciones, la antorcha de faro de Occidente, los poetas del “cincuenta” o del medio siglo protagonizaban las pocas novedades en el raquítico panorama literario con antologías y revistas, todavía bajo la amenaza de la guillotina de la censura, los “Cánticos”, de Córdoba firmaban poemas y recuperaban a los poetas exiliados del 27 y volvía Rafael Alberti de un exilio que duraba ya demasiado tiempo, con una esperanzadora mano abierta desde su predio romano de Vía Garibaldi. Y poco más.
Es por estos años cuando un joven profesor, Juan Carlos Rodríguez, llega a la universidad de Granada y comienza a despertar del sueño de años a unos jóvenes aprendices de poetas hablándoles del filósofo francés Althusser y de marxismo. La poca filosofía, y no digamos del pensamiento marxista, que se enseñaba en colegios e institutos era la existencialista, pero siempre para menospreciarla, criticarla y expulsarla de los ambientes académicos comme il faut. El profesor Juan Carlos Rodríguez abrió la caja de Pandora y el fauno despertó de un sueño secular. La inquietud por el saber más y por romper el dique nefasto de la ignorancia, cuando no del desprecia cuanto ignora, abrió paso a unos jóvenes que comenzaban a hablar de una “otra sentimentalidad”. La literatura no era la alfombra roja de la Academia, ni los tablados de la flor natural, la poesía era el asalto al Palacio de Invierno, la guardia en garitas nocturnas de barras, música de rock y revistas contestarias. Álvaro Salvador, según confiesa en el prólogo de este libro, se ha “decidido reunir en un volumen lo que fue [su] aportación en aquel proyecto [la otra sentimentalidad] y contar la historia de lo que fueron para [él] esos años, intentando arrojar luz sobre algunos aspectos desconocidos o mal historiados al día de hoy” (pág. 9). Y a fe que lo consigue.
El libro de Álvaro Salvador, como no podía ser menos, tratándose de uno de los poetas, quizá por edad y experiencia, más importante del grupo, abre muchas ventanas. Es un libro generoso, sin pasarse, aunque no menos sincero con actitudes o personalismos no siempre comprensibles ni necesarios. Los desahogos han existido siempre. A estas alturas, no es necesario ser más explícito. Juan Carlos Rodríguez sembró y sus discípulos recogieron los frutos de una literatura que no solo servía para expresar la belleza sino también el dolor por las causas perdidas. Ahí es nada, el maestro les enseñó a leer a Machado y aprendieron lo que significaba una lectura otra de Los Complementarios y Juan de Mairena. Antonio Machado consideraba la sentimentalidad como un “hecho histórico que cambiaba en función de los cambios significativos de la historia”. El propio autor de este ensayo fue el encargado de defender las ideas transmitidas por el profesor Juan Carlos Rodríguez en la revista Letras del Sur, con un artículo titulado “Otra crítica, otra ciencia” (desarrolladas en este ensayo desde la página 25 a la 31), en donde manifiesta la idea de la “otredad”, la de la necesidad “de colocarse en otro lugar, en otra orilla, fuera de la ideología tradicional, de la concepción burguesa de la vida”. Todo lo demás vino por añadidura. Tres libros de otros tantos poetas destacados del grupo, Las cortezas del fruto (Álvaro Salvador); Paseo de los tristes (Javier Egea) y El Jardín extranjero (Luis García Montero), marcan los inicios de la “otra sentimentalidad” en donde el poeta es un personaje “otro” del poema. El libro de Robert Langbaum, sin traducir cuando el autor de este ensayo lo leyó en inglés, con sus teorías sobre el monólogo dramático, la poesía de Luis Cernuda y de Jaime Gil de Biedma están en la teoría y en la práctica, exhaustivamente desarrolladas por el autor de este ensayo desde la página 25 a la 141. No es necesario “matar moscas con el rabo”, porque queda muy claro que la otra sentimentalidad no puede confundirse ni con una supuesta “nueva” sentimentalidad ni mucho menos con la poesía de la experiencia que es solo una versión “light” de la otra sentimentalidad. En el primer capítulo, La teoría, el autor rinde tributo a sus dioses penates: Antonio Machado en paralelo con César Vallejo, Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti, Jaime Gil de Biedma y Ángel González.
El capítulo segundo, Poéticas, se cierra con un epígrafe clave remedando el título de Cernuda: “Historial de un libro”, en donde el autor de este ensayo nos enseña el proceso de escritura de los poemas de Ahora todavía, que se me antoja clave para comprender la poética de la otra sentimentalidad. Me permito citar uno de los párrafos del mismo para que el lector de este trabajo asuma directamente, sin intermediarios espurios, el auténtico procedimiento de la otra sentimentalidad al escribir un poema. Cito:
La primera idea, el núcleo central de Ahora todavía puede resumirse en un poema del libro, incluso en su título, un poema muy corto, apenas un epigrama titulado “El impostor” y que reza como sigue: “Qué beso fue su beso? / ¿El que te dio? / ¿O el que luego escribió / que te había dado?” Esta idea nuclear tiene que ver, como alguno de ustedes habrá adivinado, con la idea central de la poética de la “otra sentimentalidad” que defendía la idea del poeta como un fingidor, como un impostor, y la de la poesía como una mentira, como un artificio hermoso que nos ayudaba a comprender las verdades, incluso las verdades trascendentales. (págs. 175-176)
El ensayo contiene dos capítulos más: Los poetas en los que Álvaro disecciona con generosidad y conocimiento de causa las poéticas de los fundadores del grupo y algunos compañeros de viaje que se añadieron con posterioridad. Entre los primeros ocupan el lugar que por justicia poética les corresponden: Luis García Montero, Javier Egea, Ángeles Mora y Jaime Gil de Biedma. El ensayo finaliza con un cuarto capítulo dedicado a entrevistas, que ponen un adecuado y confesional colofón a este ensayo lleno de voces tan diferentes que el autor ha sabido dirigir, con tino y sinceridad, en su loable y necesario propósito de historiar, desde su doble papel de crítico y poeta, el nacimiento, trayectoria y final de ciclo de un grupo verdaderamente fundamental en el desarrollo de la poesía española del último cuarto de siglo XX. Desde la visión del outsider, un heterónimo frecuente en la poesía de Álvaro Salvador, nuestro autor ha conseguido entrar y salir de una casa que es la propia, con solvencia y con la objetividad imprescindible, sin perder la distancia corta que le exigía su compromiso como poeta del grupo y, a la vez, testigo de los acontecimientos.
Firma invitada: Manuel J. Ramos Ortega es catedrático emérito de Literatura Española de la Universidad de Cádiz y académico de número de la Real Academia Hispanoamericana.
Los trabajos del outsider. Notas acerca de la llamada Otra Sentimentalidad. (Centro Cultural de la Generación del 27, Diputación de Málaga, 2023) | Álvaro Salvador | 290 págs. | 18€