FRAN G. MATUTE | En Deliberate Speed (1990), uno de los ensayos más brillantes que existen sobre la posmodernidad en los Estados Unidos, el investigador W. T. Lhamon Jr. describe el llamado “Renacimiento de Harlem” como uno de los períodos fundacionales de la actual cultura norteamericana. Aunque breve, pues la Gran Depresión truncó pronto las ilusiones, dicho período supuso el primer reconocimiento social que se hacía de la cultura afroamericana. Entre 1919 y 1934, parte del bullicio de Broadway se trasladó a Harlem y los artistas de color pudieron por primera vez formar parte de los corros sociales e intelectuales de la época. Qué duda cabe que lo que se consiguió entonces fue fundamental para la creación de una conciencia de igualdad racial, pero para ello se tuvo que pagar un alto precio, uno que el escritor y profesor Ishmael Reed (Chattanooga, Tennesse, 1938) no ha dejado de señalar con el dedo si bien nunca de forma más ingeniosa e inteligente que en Mumbo Jumbo (1972), su innegable obra cumbre.
En esta novela, Reed concibe una suerte de ucronía bufonesca de aquel período de esplendor, en la que mezcla sin piedad todos los ingredientes históricos a su alcance, desde las tradiciones vudú de Nueva Orleans al surgimiento del jazz, desde la fundación del movimiento panafricano a la conocida como Nación del Islam, creando por el camino un auténtico gumbo literario de lo más carnavalesco. Reed retuerce así los hechos históricos haciendo coincidir a sus personajes de ficción con otros de carne y hueso, alternando el periodismo con la conspiranoia, la novela con el ensayo, proponiendo una narración sincopada de imágenes y fragmentos cuya lectura debiera recordar a los ritmos del bebop. Todo en Mumbo Jumbo es negritud, pocas obras encarnan, tanto en el fondo como en la forma, mayor elogio a la cultura afroamericana que esta; pocas hay también más críticas con aquel proceso de integración que llevó a los negros a jugar al juego de los blancos. Reed se muestra así implacable con aquellos “hermanos” que renegaron de su propia tradición tan solo para ser reconocidos por las clases pudientes del momento. Esta novela es por tanto un cántico a la pureza de la cultura afroamericana, es también una colleja a todos aquellos que desde tiempo inmemorial la han querido adulterar.
Reed es un purista, un extremista si me apuran, que para hacer llegar su encendido mensaje optó aquí por crear la novela más impura de todas. Como hija de su tiempo que es, Mumbo Jumbo parece estar dirigida a los partidarios del Black Power, que con tanto ahínco acogieron en su día las arengas y filípicas poéticas de Reed. Gracias a su mejunje estético, esta obra ha sido también adoptada por las luminarias del posmodernismo literario. Resulta casi imposible no pensar en Thomas Pynchon mientras se lee Mumbo Jumbo, no solo por el desparpajo con el que escribe Reed, sino por la plasticidad de su prosa. Hay de hecho no pocos puntos en común entre esta obra y El arco iris de gravedad, publicada al año siguiente, elocuentemente señalados en el enjundioso prólogo que firma Juan Francisco Ferré para esta edición. Una edición en la que no queda otra que aplaudir el excepcional trabajo de traducción que se percibe en ella, a cargo de Inga Pellisa, en el que nada chirría, todo fluye, y lo más importante, lo hace sin atiborrar de notas los pies de página, pues a suficiente síncopa nos somete ya Reed en su texto originario como para encima complicar más la lectura.
Si les interesa el Renacimiento de Harlem como período histórico harán bien en consultar Cuando Harlem estuvo de moda (1978) de David Levering Lewis, voluminoso ensayo canónico sobre esta fascinante época publicado recientemente en España: en él encontrarán los datos, los hechos y las realidades; conocerán a los protagonistas y sus obras. No obstante, para empaparse del espíritu de la época, para comprender sus logros y contradicciones, nada como este cáustico, divertido y desvergonzado Mumbo Jumbo de Ishmael Reed, ya convertido en todo un clásico del siglo XX. [Publicado en El Cultural]
Mumbo Jumbo (La Fuga, 2016) de Ishmael Reed | 332 páginas | 21,50 € | Traducción Inga Pellisa | Prólogo de Juan Francisco Ferré