0

Estas cosas pasan hasta en las mejores familias

LUIS ANTONIO SIERRA | Últimamente, el avance de la ultraderecha ha calado en el inconsciente de muchas conciudadanas nuestras, aunque sobre todo conciudadanos – cosa que ya, de por sí, es suficientemente reveladora; lo de ellos, queremos decir. Consecuencia de ello, estos descerebrados – excuse my French – del extremo centro ideológico han conseguido romper consensos e ideas que había costado mucho trabajo coser. Además, han logrado arrastrar al lodo de la estulticia a elementos conservadores que, a priori, eran menos extremistas o, al menos, se presentaban con el disfraz de la moderación. Así las cosas, el clasismo, el patriarcado, la homofobia o la xenofobia llevan tiempo abriéndose paso no solo en esta sociedad nuestra, sino también en el resto del mundo occidental (bueno, en realidad, nunca se habían marchado). Por ejemplo, si pensamos en la violencia – terrorismo – machista que ha asesinado a más de 1.230 mujeres desde 2003, esta gente no solo la niega, sino que, además, cuando hablan de ella (violencia intrafamiliar, la llaman) arrastran un tufo clasista y xenófobo irresistible, como si esto fuera cosa de pobres y extranjeros.

Fidela, la nueva novela de Elvira Valgañón, se enmarca en el mundo de esa alta sociedad que los pobres admiraban y que los sojuzgaba al mismo tiempo al estilo – salvando las distancias – de Los santos inocentes de Delibes. Un mundo en el que los señoritos y las señoritas están por encima del bien y del mal, donde sus sirvientes están a lo que a los primeros se les tercie y donde también existen relaciones condescendientes y paternalistas de los poderosos hacia sus servidores. En definitiva, un mundo en el que cada uno conoce su lugar y sabe que no hay posibilidad de salir de ahí. Ese mundo aparentemente desapareció hace tiempo y el salto que hace la autora al presente nos lo pretende demostrar. Las distancias sociales parece que se han recortado y en parte es así, pero no tanto como podríamos desear. Solo hace falta echar un ojo al periodismo – si se le puede llamar así – del corazón donde se sigue poniendo de manifiesto esa distancia social y esa admiración aspiracional por las vidas de los ricos y famosos.

Por otro lado, Valgañón aborda cuestiones que también pensábamos haber dejado atrás hace tiempo, pero no. Ciertos tabúes del pasado siguen presentes en mayor o menor medida y la libertad (homo)sexual sigue siendo cercenada. Evidentemente, no estamos igual que en los años treinta del siglo pasado, pero todavía y, sobre todo, en entornos rurales ser homosexual sigue siendo bastante difícil y los cabestros de la derecha extrema pretenden que volvamos a las cavernas. Como decía, esto no solo pasa en nuestras fronteras donde, afortunadamente, se mantienen ciertos consensos, aunque sea a duras penas. Desgraciadamente, hay ejemplos muy poco edificantes como, por poner un par de ejemplos, Turkmenistán donde – aunque nos pueda parecer un chiste – está prohibido ser homosexual, o la Rusia de Putin donde pertenecer a la comunidad LGTBI es todo un deporte de riesgo.

Fidela es, además, una novela de detectives sin detectives. Es una narración en la que la investigación del delito cometido recae en parte sobre un periodista, aunque el peso del trabajo respecto al descubrimiento de la identidad del finado se produzca gracias a la labor colectiva de las instituciones, circunstancia que desde nuestra perspectiva individualista, romantizada y occidental encaja mal con lo tradicionalmente literario.

Y así volvemos al principio – pero final de la novela: el descubrimiento del autor del delito refuerza una idea que es obvia, pero que la derecha “alternativa” se esfuerza por opacar. Y es que la violencia machista no entiende de clases, que la pertenencia a un grupo social privilegiado no salva, que el patriarcado permea toda la sociedad. Que tenemos que seguir trabajando, luchando y leyendo para conseguir la desaparición de esta insoportable lacra.

Fidela (Pepitas de Calabaza, 2023) | Elvira Valgañón |224 páginas |20,00 euros.

admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *