REYES GARCÍA-DONCEL | Que a los nórdicos les seduce filosofar, escribir, dirigir películas sobre la muerte es conocido por todos, baste nombrar a Kierkegaard o Ingmar Bergman como dos ejemplos muy representativos. El noruego Jon Fosse, flamante Premio Nobel de Literatura 2023, no podía ser una excepción pues también la aborda en esta novela. Pero al contrario de los anteriormente nombrados que se acercan a la muerte desde un punto de vista existencialista, el autor nos da la visión de un tránsito amable y tranquilizador. Presenta la muerte como un suave darse por vencido, un inevitable paso, un lento desaparecer de la mano de los seres queridos ya idos, un fundirse en un lugar desconocido e inexplicable pero pacífico.
Mañana o el comienzo, tarde o el final. La obra está dividida en tres capítulos con un abismo entre el primero, nacimiento de Johannes, y el segundo, su muerte. Narrar la muerte es narrar la vida, y así conocemos la sencilla de un pescador noruego, de mediados del siglo XX, que el autor nos relata con escenas del día a día, pues Mañana y tarde no es una novela de hechos ni de hazañas, no tiene una trama que desentrañar, es una novela de emociones. Que Jon Fosse ha elegido mostrar mediante el flujo de conciencia de los personajes. Comienza con el de Olei, padre de Johannes mientras espera su nacimiento: «El niño vendrá al frío de este mundo y aquí estará solo (…) siempre solo, y luego, cuando todo haya acabado, cuando llegue su hora, se descompondrá y volverá a la nada de la que salió, de la nada a la nada, ese es el curso de la vida». Continúa con el del propio Johannes durante el tránsito, y termina con el de su hija Signe. Flujos de conciencia en el que a veces cambia de sujeto pensante con una simple coma: «…, y Signe piensa que esto, esto, pero había algo avanzando hacia ella».
Así recorremos los diferentes momentos de la vida de Johannes, algunos muy conmovedores como su primer amor inalcanzable, su posterior boda, su trabajo como pescador, sus relaciones familiares, el último adiós a su casa y sus cosas en un día que el que las cosas son exactamente iguales pero totalmente diferentes: «como si hubieran adquirido una dignidad y un brillo dorado, un peso, como si pesaran mucho más que ellas mismas». Y en su discurso va cambiado del día a la noche, del verano al invierno, de un mar embravecido a un mar tranquilo… No desvelamos nada al decir que el protagonista muere pues el autor da pistas suficientes para saber lo que ocurre ese día en el que Johannes se levanta y todo está igual pero distinto. Lo que nos propone es acompañarlo en su tránsito, y sobre todo en su proceso de reconocer la muerte. Nos conmueve con su desconcierto, con su angustia inicial y sus preguntas aturdidas, hasta llegar al deseo final de encontrar a los suyos, a sus fantasmas.
La prosa de Jon Fosse te mete en la piel, el alma, el corazón de Johannes. Una prosa muy peculiar, rítmica, con numerosas repeticiones, y onomatopeyas, que aportan musicalidad, sin los guiones normativos de diálogos, sin puntos seguidos, ni tampoco al terminar el párrafo. Un continuo pensamiento repetitivo y envolvente que conduce a la lectora al pasado lejano y reciente, pasando por el presente, hasta mostrar como es, según el autor: «Allí adónde vamos no existen ni el tú ni el yo, dice Peter», tanto que Johannes se alegra de haberse liberado del mundo terrenal: «Qué horror estar ahí abajo, dice Johannes». Un lenguaje sencillo pero con mirada poética que envuelve todo el relato del tránsito a la muerte en un acertado ambiente onírico.
La religiosidad, tanto del Dios cristiano como de los dioses nórdicos, está muy presente en la obra: «en este mundo manda Satanás tanto como manda el buen Dios, este mundo tiene que gobernarlo en gran medida un dios inferior». Sin olvidar los mitos griegos pues a Johannes viene a buscarlo en barca su amigo Peter: «Y como yo era tu mejor amigo, me ha tocado ayudarte a cruzar, dice», cual Caronte en la laguna Estigia.
Mañana y tarde, primer día y último de una persona, una novela que se atreve a hablar de un tema tan trascendental con lenguaje sencillo y asequible, que invita a meditar sobre la existencia, y nos aporta la tranquilizadora idea de que nos espera un final en paz, de que la vida tiene sentido. Y que deja muy bueno sabor de boca.
Mañana y tarde (Nórdica/Deconatus, 2023) | Jon Fosse | 112 páginas | 17 € | Traducción de Cristina Gómez-Baggethun y Kirsti Baggethun