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Habla, memoria

Ellibroalta

El libro de mis vidas

Aleksandar Hemon

Duomo, 2013. Colección «Nefelibata»

ISBN: 978-84-1535-531-1

232 páginas

18 €

Traducción de Antonio-Prometeo Moya

 

 

José Martínez Ros

Aleksandar Hemon (Sarajevo, 1964) había recibido una beca para pasar un año estudiando en la Universidad de Chicago poco antes del inicio la guerra que hizo estallar Yugoslavia; por aquel entonces, quería ser crítico de rock y tocaba en un grupo. Escribía en una revista liberal una columna titulada Sarajevo Repúblika en la que llenaba de alabanzas a su ciudad natal y atacaba los grupos nacionalistas que iban a hacer pedazos su país. Hemon tenía un pasaje para regresar a Sarajevo con fecha del 1 de mayo de 1992, pero, por consejo de su padre, decidió no tomar el avión. Su propia familia abandonó el lugar en el último tren que salió de la ciudad y, durante el largo conflicto, se las arregló para sobrevivir en medio de las matazas y las batallas. Uno de los mejores textos de este libro se refiere a los heroicos esfuerzos de sus padres por mantener a salvo a su perro, la inmensamente querida mascota de la familia, en medio de una guerra atroz.

El cerco del ejército serbo-bosnio a Sarajevo comenzó el 2 de mayo y duró cuatro años, el más prolongado en la historia moderna, y dejó miles de muertos, heridos y mutilados, la mayoría civiles. No cuesta demasiado imaginar lo que sintió el joven Hemon, a miles y miles de kilómetros de distancia, en Chicago. Su vida como refugiado en Estados Unidos comenzó con una situación paradójica: afortunado por haberse librado, sintiéndose culpable porque, de repente, su país no existía, su ciudad natal había sido sitiada y sufría terribles bombardeos y su familia y amigos corrían peligro de muerte. Veinte años después, es uno de los principales escritores vivos en lengua inglesa, se le compara habitualmente con Nabokov o Milan Kundera y cada uno de sus libros es recibido con elogios casi unánimes. Pero su gran tema corresponde al gran trauma de marcó su vida: el de los perdedores de la historia, los expatriados, los nómadas por obligación, empujados a reconstruir una y otra vez su identidad

Si en sus libros anteriores, en sus novelas y relatos, Hemon cedía a sus personajes fragmentos de su biografía, en este caso su vida múltiple y desplazada, sus vidas, ocupan el centro del escenario. En este libro comparable en muchos aspectos a Habla, memoria, de Nabokov, nos cuenta, entre otras muchas cosas, cómo se enamoró de Chicago, la desapacible ciudad que lo acogió (uno de los grandes temas de este libro es el modo en que algunos elementos urbanos nos sirven para crear una sensación de comodidad y pertenencia a un lugar que tal vez no hemos elegido), el redescubrimiento del fútbol, el deporte de su juventud, en partidos improvisados con emigrantes procedentes de cualquier rincón del mundo, del modo en que padres terminaron asentándose en Canadá tras salir de Bosnia, y la necesidad que tuvieron de definirse distintos a los canadienses como vía, paradójicamente, para finalmente, algún día, sentirse en casa en Canadá, un capítulo estremecedor sobre la muerte de su hija, un sutil autorretrato de un autor en sus momentos más íntimos, su estupefacción al comprobar que uno de sus profesores favoritos, el que le enseñó a amar la literatura, era uno de los principales apologistas del nacionalismo serbio.

Hemon describe un mundo cambiante en el que nada está seguro, el mundo en el que viven millones de personas, con ternura, humor y dureza, aunque no desvela lo más enigmático, como ese desnortado joven bosnio que desembarcó en Chicago llegaría a convertirse en uno de los más brillantes estilistas de la literatura norteamericana.

[Publicado en Notodo.com]

admin

2 comentarios

  1. Curiosamente estoy leyendo estos días El proyecto Lázaro: qué buen escritor, ¿verdad?

  2. Si, aunque el Proyecto Lázaro (no sé si porque se le dan mejor los textos más breves y compactos y este me parecen casi dos relatos alargados) es casi el que menos me gusta de sus libros, pero los tres de relatos EL hombre de ninguna parte, Amor y obstáculos y La cuestión de Bruno me parecen maravillosos.

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